¿y que tengo? pues tengo el relato, historia o como queráis llamarlo, que me comprometí a escribir para participar en el 1er juego de Invierno de mi amiga Paty C. Marín.
Pues bien, aquí os lo dejo y decir una cosita very very important...gracias Amo por tu "idea" (ayyyyyy que haría sin ti ❤).
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La bolsita de caramelos
Al igual que hacía su padre cuando era pequeño y lo acompañaba, entraba en la tienda, preguntaba quién era el último o la última y esperaba pacientemente su turno. Pero cuando era su padre el que los compraba, detrás del mostrador, atendiéndole, no había una cara dulce y tímida como la de Helena.
Como cada día que entraba, veía a aquella chica rubita, no muy alta, pero resultona y atractiva que le despachaba con una timidez extrema, casi vergonzosa. La observaba como se le enrojecían las mejillas cuando le dedicaba alguna palabra. Eso provocaba en Damián un creciente morbo y excitación, que le incitaba a mirarla descaradamente lo cual a Helena la ponía aun más nerviosa y temblorosa.
Una tarde, Damián no se dirigió hacía su casa como cada vez que salía de la dulcería. Esa tarde se sentó en el banco situado frente a la tienda a degustar sus dulces caramelos mientras miraba hacía la tienda. Era hora de cerrar y Helena salió de la tienda. Sus miradas se cruzaron. Helena se dispuso a cerrar la antigua verja metálica. Damián la observaba fijamente. Se agachó. Sus piernas voluptuosas quedaron a la vista, expuestas a los ojos curiosos y lascivos de Damián. Notaba y sentía su mirada, sin mirarlo, Helena sabía, intuía que algo iba a suceder. De pronto sintió una mano agarrar la suya. Su mirada, baja, se dirigió hacia su mano pudiendo ver como la de Damián la sujetaba y tiraba de ella. Sin decir nada, absolutamente nada, camino detrás de él, cogida a su mano hasta llegar a casa de Damián.
Damián cerró la puerta tras de sí cuando entraron, primero ella, luego él. Helena no pronunció ni una sola palabra en todo el camino, pero su mirada decía más de lo que sus palabras podrían haber dicho. Su respiración se aceleraba y su cuerpo se tensaba como si intuyese lo que iba a pasar.
Como cada día que entraba, veía a aquella chica rubita, no muy alta, pero resultona y atractiva que le despachaba con una timidez extrema, casi vergonzosa. La observaba como se le enrojecían las mejillas cuando le dedicaba alguna palabra. Eso provocaba en Damián un creciente morbo y excitación, que le incitaba a mirarla descaradamente lo cual a Helena la ponía aun más nerviosa y temblorosa.
Una tarde, Damián no se dirigió hacía su casa como cada vez que salía de la dulcería. Esa tarde se sentó en el banco situado frente a la tienda a degustar sus dulces caramelos mientras miraba hacía la tienda. Era hora de cerrar y Helena salió de la tienda. Sus miradas se cruzaron. Helena se dispuso a cerrar la antigua verja metálica. Damián la observaba fijamente. Se agachó. Sus piernas voluptuosas quedaron a la vista, expuestas a los ojos curiosos y lascivos de Damián. Notaba y sentía su mirada, sin mirarlo, Helena sabía, intuía que algo iba a suceder. De pronto sintió una mano agarrar la suya. Su mirada, baja, se dirigió hacia su mano pudiendo ver como la de Damián la sujetaba y tiraba de ella. Sin decir nada, absolutamente nada, camino detrás de él, cogida a su mano hasta llegar a casa de Damián.
Damián cerró la puerta tras de sí cuando entraron, primero ella, luego él. Helena no pronunció ni una sola palabra en todo el camino, pero su mirada decía más de lo que sus palabras podrían haber dicho. Su respiración se aceleraba y su cuerpo se tensaba como si intuyese lo que iba a pasar.
La condujo al centro de la estancia, el salón. No dejaba de mirarla, no dejaba de olerla. Las mejillas de Helena se tornaron de un rojo cálido, su mirada tocaba el suelo y desprendía un dulce olor a ansiedad que Damián percibía especialmente cuando rozaba su cuello. Helena no decía nada, no se resistía a nada.
Damián la miró, la observó, la rozó mientras la desnudaba, prenda a prenda, a su antojo, despacio, controlando el tiempo, controlando su ansiedad. Helena seguía sin decir nada. Levemente la puso de rodillas, le acarició la mejilla, estaba ardiendo, le vendó los ojos. Y se alejó.
Helena dejo de olerle, de escucharle, de sentirle, movía la cabeza de un lado a otro intentando atraparlo, escuchar algo, sentir algo. Damián la observaba desde un extremo, la miraba mientras cogía algo de un armario cercano. Volvió a acercarse a ella y volvió a acariciarla. Helena suspiro, la tranquilizaba, pero no decía nada, solo asentía y obedecía.
Damián le agarró las muñecas llevándolas hacia su espalda, y con la cuerda que había cogido del armario de la habitación comenzó a anudarle las manos, a hacer dibujos en su cuerpo con la cuerda, a marcarla. Entonces se sacó de su bolsillo el último caramelo de ese día. Lo desenvolvió y lo acercó a su boca. Helena instintivamente la abrió, con inquietud, sacando su lengua y buscando algo que sabía que Damián le ofrecía. La saliva le resbalaba por la comisura de los labios. Jugaba con ella, la provocaba más, buscando su deseo, buscando a la niña inocente, a la niña juguetona. Le encanta jugar, le encanta tener un juguetito a su disposición. Y Helena era perfecta, perfecta para él, perfecta para sus juegos. Inocente, cálida, fresca, obediente…
La levanta del suelo y guiada por su mano la lleva hasta un sillón donde la hace ponerse sobre sus rodillas de forma que su sexo queda expuesto para él. La mano de Damián se desliza. Su sexo esta empapado, resbaladizo, caliente. Helena sigue sin decir nada, no es capaz, solo la delata su respiración agitada, su rubor, sus movimientos.
Se divierte con ella, lo hace hasta cansarse, hasta llevarla al límite, al extremo... Entonces se para, la levanta, comienza a vestirla prenda a prenda, igual que cuando la desnudó, le quita la venda de los ojos y la mira fijamente. Le sonríe mientras sus manos acarician sus hombros, su cara.
Cuando casi ha terminado, colocándole el abrigo, Helena, por primera vez, hace algo por sí misma. Mete su mano en el bolsillo del abrigo y saca una bolsita de caramelos, de Sus caramelos y se los ofrece. Damián coge uno de ellos, lo desenvuelve lentamente y se lo mete en su boca, empujando sus dedos dentro de ella. Helena cierra la boca atrapando entre sus labios los dedos de Damián mientras se miran fijamente, sin parpadear. Los dedos se deslizan por su boca, entre sus labios hasta salir de ella y sin perder su mirada, Damián se los introduce en la suya, saboreándolos, saboreándola. Helena cierra sus ojos y cree que el mundo se acaba…
Helena se marcha. Se aleja de esa casa feliz y con su premio en la boca y como en todo momento, sin decir una sola palabra.
“¿Podrías darme una bolsita de los caramelos, de los de siempre?” – le dice Damián. Helena, lo mira y por primera vez, habla y tres palabras se escapan de su boca... “si mi Amo”.
✍ Written by laprincesa{Celta}.
✌ Original Idea of Celta.
Fuaaa!! Me ha encantado. Ha sido breve, pero tan tan tan tan emocionante, ¡que me ha encantado! Ainss... no tengo palabras, nena xD
ResponderEliminarMuy bonito, precioso!
Un beso!
Viniendo de ti...sinceramente, es un peaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaazo de halago, jaja.
EliminarGracias Paty no solo por tus comentarios, aquí y en FB, sino porque un poquillo de culpa tienes en todo esto, que lo de escribir historias no es lo mio y me has embarcao y me da a mi que me seguirás embarcando...y yo encantada, jaja.
Un besazo.
Enhorabuena!!! Esta muy bien,y eso que no leo relatos sobre Dominacion masculina,pero ya que lo has escrito tu, pues se ha hecho un esfuerzo ;).
ResponderEliminarEsta muy muy bien.Hay que ver que facil encuentran Amo algunas,hahahahahaha.
Un abrazo
Pues te agradezco enormemente que lo hayas leido por ser yo ヅ
EliminarY tienes razón, que suerte gastan algunas, jajaja, y que conste que yo no me quejo, no no...
Un abrazo.
aisssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarVoy con prisa asi que solo te dejo un beso
voy a por caramelos :))
Me compras una bolsita? jeje.
EliminarUn besazo Mali.
Un buen relato! Te ha quedado muy bien, te felicito princesa ;)
ResponderEliminarUn besazo enorme!!!
Gracias peque, se hace lo que se puede.
EliminarOtro beso para ti.
Hermoso relato guapa te ha quedado perfecto felicidades!!!
ResponderEliminarUn abrazo grande =)
Gracias guapa, al final conseguis entre todos ponerme rojillo gamba, jeje.
EliminarUn besazo.
GUAUUUU!!!! UN RELATO MUY EXCITANTE,,, Y MARAVILLOSAMENTE MÁGICO...
ResponderEliminarTE HA QUEDADO DE LUJO, ES GRANDIOSO, MUY BIEN HECHO,,, MIS FELICITACIONES POR ESTE GRAN TRABAJO.
BESOS.
Gracias Lord. Un saludo.
EliminarTe ha quedado muy bien..
ResponderEliminarA mi me ha gustado mucho
Felicidades!!!
Un besazo
Hola preciosa.
EliminarGracias por tus palabras, me alegro que te guste, y sobre todo me alegro de verte por aquí y si ya me dices que andas mejorcilla, buf, hacemos una fiesta, jaja.
Un abrazo fuerte y un besazo.
Ha sido tan eroticamente perfecta sin llegar a serlo del todo. Me ha encantado y me ha dejado un muy dulce sabor de boca. Un abrazo.
ResponderEliminarHalaaaaaaaa, ya lo habeis conseguido, roja roja roja (verguenza!!!!)
EliminarGracias Sheol, de corazón. Un abrazo.
Me ha encantado como te ha quedado uff cada vez escribes mejor, felicidades !
ResponderEliminarY todo gracias a tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
EliminarGracias Amo, no sabes la ilusión que me hace que te guste.
Tuya, tuya, tuya, tuya, tuya....
Princesa, te veo en mis sitios, dónde participo, dónde habitan mis amigos que adoro y pienso....ésta criatura debe ser especial.
ResponderEliminarCielo, es increible tu relato, estremecedor para quién siente con toda la pasión la entrega , tanto que una sóla palabra, una órden, un Sí mi Amo, es capaz de llenar de vida todo un universo.
Delicioso tu blog, y si me lo permites,
Volveré.
Todo un placer mi niña.
Bienvenida M.M.S., creo que te llaman Moon verdad? jeje, para que veas que yo también te veo...
EliminarPor supuesto que puedes volver, este castillo siempre tiene las puertas abiertas (y las ventanas) para quien desee adentrarse en él.
Graciassssssssssssss por tan cariñosas palabras. Un abrazo.
Aisss cielo, me has dejado todo el rato pegadita a la pantalla, me encantooooo, es buenisimo tu relato, realmente bueno, escribes muy bien cielo, pero que muy bien
ResponderEliminarbesitossss
jajajaja, con razón me he encontrado la pantalla todo babeada, has sido tuuuuuuuuu!!!!
EliminarMe alegro que te guste, si si, esto anima sabes.
Gracias por todo. Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuack.
Muy bonito y muy dulce laprincesa{CELTA}, ánimo y a por más!
ResponderEliminarBesos
Pili
Ey ey ey, por donde te has colao?? que andaba yo aquí contestando...
EliminarGracias Pili y se me animas así, allá voyyyyyy jeje.
Un besazo fuerte.
Una última cosilla...como dice "los títulos de crédito" (jeje), mi inspiración, mi ayuda, él que está ahí para ayudar a esta cabecita cuando lo necesita, es ÉL, mi Amo, Celta.
ResponderEliminarGracias por tu ayuda y por esa bolsita de caramelos, tu bolsita.
Te quiero.